viernes, 28 de noviembre de 2008

FRASES QUE SUELEN ESCUCHARSE EN CUALQUIER SITIO...

...EN EL BUS, EN LA ACERA, EN EL SUPERMERCADO…

Como esté algo bien del oído uno puede enterarse de asuntos que no le incumben, pero que sin querer se oyen en el bus, al caminar por la calle, en el supermercado o en otro lugar cualquiera…

He aquí algo que escuchamos hace pocas fechas en uno de estos lugares, cuando volvíamos para nuestro hogar:

Perla número una

- “Ah, ¿estás soltera? ¡Qué bien, así no tienes que dar cuenta de lo que haces a nadie!”, dijo una persona a otra que estaba cerca de ella.

Me quedé algo extrañado al principio, pero al poco me pareció que aquello era algo que no encajaba en una mente coherente. Pienso que todos debemos dar cuenta a alguien – a Dios, en primer lugar- de lo que hacemos o dejamos de realizar –omitimos por comodidad o pereza- a la misma sociedad en la que vivimos, en segundo lugar, y ¡a nosotros mismos -todos los días- debemos darnos cuenta de lo que hemos hecho!

Cuando esto tan sencillo, no se lleva a cabo, suele ocurrir lo que nos está ocurriendo que nadie se responsabiliza de sus actos y piensa que es libre para realizar lo que le venga en gana. Se han olvidado que la libertad lleva consigo algo importante que es la responsabilidad.-

Perla número dos

Una señora, en el bus, hablaba por teléfono y se enteraban todos los pasajeros:

-Pero mamá, ya te lo dije antes que le expliqué al niño muy claro las cosas, porque hoy los chicos y chicas con la edad de nuestro hijo, lo saben todo, aunque no se lo digamos en casa.

- Ten en cuenta, que los chicos maduran antes, será por la televisión o por la educación que reciben en la escuela o en la calle misma.

- Cuando yo tenía la edad de mi hijo, vivía en otro mundo y no me preguntaba estas cosas que mi hijo me plantea… ¡Claro que sí!, mamá, por favor…

- ¿Es que piensas que no me doy cuenta de que los tiempos han cambiado una barbaridad? ¡Pero, mujer, que no vivo en la luna o en babia.

El tema debía ser el que todos pensamos: educación sexual o afectiva, según por donde se mire. Nos parece muy bien lo que comentaba la señora a su madre y al hijo, pero que siempre hay un momento, después, para comentarlo con la familia de cómo se educa a la prole.

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