Ramón Goyarrola es un sacerdote del Opus Dei que desde hace 4 años vive en Finlandia
Ramón Goyarrola necesitaba curar las heridas del alma. No podía dedicarse sólo a sanar las enfermedades de sus pacientes. Quería ir más allá, ahondar en sus sentimientos, inquietudes, y ayudarles a mejorar. Esta idea rondó durante mucho tiempo en la cabeza de este bilbaíno hasta que pasó a la acción.
Ramón estudió primero la carrera de Medicina, vocación que le venía «desde siempre». Sin embargo, con el paso de los años quiso ampliar los horizontes. No tenía suficiente, así que tras meditarlo, decidió que debía arriesgarse, cambiar radicalmente de vida y apostar por lo que le gustaba. «Sentí la llamada de Dios y vi que era lo mío», resume. Se ordenó y arrancó su andadura en el Opus Dei. De esto hace ya seis años y desde entonces no ha parado.
Al principio tuvo que dejar su Bilbao natal para pasar dos años en Sevilla y hace cuatro le destinaron a Finlandia, país en el que reside desde entonces y en el que «está encantado». De hecho, fue él quien se ofreció para ir a tierras nórdicas ya que le parecía «una región muy interesante».
Y no le ha defraudado. Ahora se encuentra muy ilusionado, se siente lleno de energía y tiene unas ganas enormes de llevar a cabo los proyectos en los que está trabajando. Y de disfrutar de ellos. «Estoy con gente joven. A algunos hace falta animarles para que dejen el alcohol, a otros para que se pongan a estudiar... Depende. También vamos a montar una residencia para universitarios. Ya hemos encontrado la casa y estamos buscando promoción.
Tratamos, en definitiva, de ofrecerles un hogar», explica. Su estancia en Helsinki va para largo e incluso podría llegar a ser definitiva. «Estoy completamente integrado. Además, intento comportarme como un auténtico finés para adaptarme», revela. Y parece que lo ha logrado. Tanto es así, que Ramón se confiesa «un enamorado de los países nórdicos», y especialmente de Finlandia. «Es impresionante la belleza de sus parajes. ¡El 60% del país son bosques y el 10% agua!», desvela. Sin olvidar el carácter de la gente. «Son personas muy sencillas, sin complejos, respetuosas... Pero también un poco fríos», puntualiza el bilbaíno.
Además, este país le ha permitido conocer Laponia, la región más septentrional de Europa, situada a caballo entre Noruega, Rusia, Suecia y Finlandia. Ramón, en cambio, sí la ha visitado. Y no sólo eso. También puede alardear de haber oficiado una eucaristía 'histórica' en esta zona. E irrepetible. «Soy el cura que ha celebrado misa más al norte del planeta. ¡Deberían ponerme una medalla!», bromea.
Aunque se encuentra a las mil maravillas, el choque cultural se hace más que evidente en algunas cuestiones. Y hay aspectos que le llaman poderosamente la atención. «Me sorprende que los fineses llevan un nivel de vida muy alto, pero luego más del 60% de las familias están desestructuradas. ¡Hay hermanastros que ni se conocen! También hay muchos problemas con el alcohol y un alto porcentaje de suicidios. Tienen muchas cosas materiales, pero por dentro están vacíos. Por eso, mi reto es darles cariño y esperanza», destaca. Su tarea es ardua. Pero con tesón y ahínco, cualidades que le sobran, lo logrará. Seguro.
http://www.opusdei.es/art.php?p=30556
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año
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