miércoles, 31 de diciembre de 2008

¿POR QUÉ...


...acabamos el año actual con los mismos propósitos del pasado año?

...pensamos que nosotros solos conseguiremos mejorar el carácter sin necesidad de alguien que nos ehce una mano?

...deseamos a los demás un Feliz Año y más adelante no ponemos nada de nuestra parte para que este deseo sea una realidad?

...no realizamos una educación de los nuestros en valores humanos y de los defectos para intentar conseguir unas metas concretas para el año que comenzamos?

...educar un hijo solo es más laborioso que educar varios hijos?

...nos ocupamos de manera exagerada para formar y educar un hijo solo?

...algunas personas desean controlar al resto de la familia a través del móvil, sabiendo en todo momento qué actividad realizan?


... estas personas se llenan de congoja, más tarde, cuando la cosas no “funcionan” según sus proyectos y sus vidas son cada día más difíciles?

...los salarios no se incrementarán durante el nuevo año que comienza dentro de unas horas?

... la radio y los telediarios no nos comunican cada día buenas noticias?

...existe ese morbo de contarnos sólo las miserias de las personas que nos rodean?

...no comenzamos cada día de nuevo con ganas de ser mejores personas?

...tenemos dudas continuamente y no leemos más con el fin de salir de ellas?

... no nos animamos a tener un asesor que nos ayude a salir de la ignorancia en algunos aspectos del saber?

...no realizamos una evaluación de los buenos libros que hemos leído el pasado año?

...no nos decidimos a intentar realizar, por lo menos, tres proyectos de mejorar nuestras vidas?

jueves, 25 de diciembre de 2008

LA INDECISIÓN & EDUCAR EL CARÁCTER

Las personalidades tímidas, vacilantes, inseguras, suspiran siempre por tener a su lado dictadores, aunque a veces se revistan de la modesta apariencia de consejeros. ¿Qué debo hacer?, preguntan siempre, con la esperanza de que una receta les libre de cualquier decisión personal. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace insoportable la responsabilidad.

Otros son excesivamente razonadores y se ahogan en la perplejidad. Acusan un sorprendente miedo a la realidad. Son individuos que retrasan siempre sus decisiones, porque les paraliza su ansia de seguridad y su terror al riesgo. Siempre les parece que aún no han reflexionado suficientemente.

Quizá son personas que fueron educadas con excesiva dureza o con excesiva blandura, y que sufrirán mucho en su vida a consecuencia de ese apocamiento de carácter. Es como si hubieran quedado heridas en el núcleo de su personalidad. Y son heridas que sangrarán por mucho tiempo, y que harán difícil asumir el riesgo de sus decisiones personales y superar el desánimo de posibles frustraciones.

Una buena educación ha de fomentar tanto las decisiones rápidas como la reflexión, la libertad como la responsabilidad, la pasión como el juicio. El verdadero consejero, el verdadero educador, jamás debe dejarse seducir por esa suerte de compasión que le llevaría a limitarse a prescribir acciones, recetar criterios e imponer conductas. Educar exige ayudar al perplejo a reconocer su verdadero problema, dejándole luego la responsabilidad de tomar él mismo sus decisiones.

Sin embargo, para algunos padres y educadores la gran norma pedagógica parece ser ésta: en caso de duda, apueste usted por estarse quieto. Una mentalidad de gran resistencia a complicarse la vida, un talante de desusada exigencia de garantías.

Tanto temen equivocarse que prefieren esquivar cualquier riesgo, y llegan a vivir como refugiados: se vuelven un poco solemnes y secos, quizá perfectísimos y superprevisores, vivirán con un método y una higiene absolutos, pero quizá eso no sea vivir.

No se trata de apostar por la irreflexión, la frivolidad o el aventurismo barato. Pero cualquier objetivo medianamente valioso está rodeado de unas tinieblas por las que hay que avanzar en terreno desconocido. Toda empresa, todo camino en la vida, tiene algo de riesgo, de apuesta, de salto en el vacío, y es preciso asumirlo. Si no, más vale quedarse en la cama por el resto de la vida.

Para no quedarse habitualmente paralizados ante la duda; para no tirar la toalla a la primera dificultad; para no cambiar inmediatamente de objetivo en cuanto éste se presenta costoso; para todo eso es preciso educar y educarse en un ambiente de cierta resolución ante los habituales problemas de la vida. Imponerse el cumplimiento de actos que a uno le cuestan, obligarse a decidir a un plazo determinado, no sustraerse a la realidad, por dura que sea. Así, poco a poco, la voluntad indecisa se irá consolidando. Alfonso Aguiló.Director del colegio Tajamar y autor de numerosos artículos y libros sobre Educación.-

miércoles, 24 de diciembre de 2008

FELICES NAVIDADES

¡¡¡Felices Navidsades para todos los que nos leen, con los mejores deseos de qiue estas fiestas navideñas sean motivo de alegría y dicha.!!!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

LAS NAVIDADES (II)

Como decíamnos ayer...
Pero José, que debía ser una persona responsable, pregunta por el que sustituye al fallecido Herodes, y resulta que es nada menos que su hijo Arquelao, que seguía con las mismas intenciones del padre. José decide entonces vivir en Nazaret y allí morirá José, aunque no hay constancia en los Evangelios. Jesús habría aprendido el oficio del padre y se ganaría la vida realzando trabajos propios del mismo. Por este motivo, cuando empieza su vida Publica se le llamará “el hijo del carpintero o artesano”.

Es preciso tener en cuenta que las Navidades se han deformado. Pienso que no descubro ningún secreto a voces. Una cantidad de intereses económicos se mueven alrededor de estas fiestas navideñas. Otro escribiría sencillamente “fiestas”. Grandes almacenes, restaurantes, agencias de viajes, hoteles, estaciones de eskíes, lugares exóticos con buen clima, etc nos ofrecen su mercancía. Y los hombres picamos el anzuelo y nos olvidamos durante unas fechas de la vida ordinaria para meternos en una dinámica de comidas suculentas, bebidas sin fin, regalos de todo tipo, que nos hacen ser títeres de un consumismo salvaje.

La Navidad debe recuperar su sentido cristiano cuanto antes. Es bueno celebrar el nacimiento de Jesús, pero de forma más sencilla. Es necesario alegrarse que naciera Dios, para salvar al hombre, que se había alejado de Él. Pues, sí. La verdadera Navidad es la que deja en los cristianos un poso de fraternidad con las demás personas, que procede de sentirnos hijos de Dios.

Aquí está la cuestión más importante de estas fiestas navideñas: reafirmarnos que somos de la estirpe de Dios –somos hijos adoptivos de Dios- y esto nos da la gran categoría de formar una sola raza, la de quienes son hermanos de todos los demás hombres. ¡Cómo cambian las cosas si tenemos este punto de vista bien cogido! Leamos el Evangelio y allí se no aclaran estos conceptos.

Me atrevo a pronosticar que el día en que muchas personas se den cuenta de este sentido de la Navidad se terminarán muchas discordias entre países fronterizos o no, la paz volverá a ser algo normal y no cosa de sólo unos días, las personas veríamos en los demás a seres amigos –perdón, “hermanos”- y sería una delicia salir de viaje, convivir con otras personas de otros lugares. Y no deseo que nadie me pueda definir como persona “visionaria” o “utópica”. Vale la pena estudiar a fondo la historia del hombre y percatarse que no es nada nuevo lo que manifiesto.-¡Felices Navidades!

martes, 16 de diciembre de 2008

LAS NAVIDADES (I)

La mayorías de las personas –niños y mayores- contamos con los dedos los días que faltan para las Navidades. Ese día en que celebramos el Nacimiento de Jesucristo en esta tierra, el Hijo de Dios que se hizo Hombre verdadero y que vivió treinta tres años entre los suyos.

Puede ser que no exista una figura de la Historia en la que no haya mención semejante a Jesucristo. A lo largo de los siglos tuvo muchos seguidores y enemigos. Jesucristo ha tenido una personalidad tal que nadie quedó neutral cuando le conoció. Para muchos ha sido –y es la salvación- y para otros no deja de ser un personaje histórico sin más.

Cuando a Jesucristo se le quita la categoría de ser Hombre y Dios a la vez, es cuando las personas no entienden su biografía y piensan que fue un iluminado, al igual que tantos otros, que acabó en el patíbulo de la Cruz. Si se le tiene en cuenta esta doble Persona, Humana y Divina, es cuando se entiende muy claramente cualquier capítulo del Evangelio.

Por este motivo es importante, durante estas fechas, leer el Evangelio, donde se encuentra todo lo que realizó Jesucristo en esta tierra, el por qué y el para qué nació en un lugar pobre como es un pesebre –donde los pastores suelen recoger los animales para pasar las noches- y en el que sepamos no ha nacido ningún gran hombre de nuestra historia. ¿Qué se encierra en este detalle que no puede pasar desapercibido?

Las personas de aquella época no le acogieron en una posada “porque no había lugar en ella, pues habían acudido muchos para empadronarse”. Jesucristo no es bien acogido entre los suyos, porque no nace como un Rey –con mando en plaza- sino como cualquier criatura, hijo de un sencillo artesano –José- y de una madre –María- que viene montada en una burra ya que se le aproxima el tiempo del parto y además deseaban cumplir las leyes del pueblo romano, que había dispuesto lo del empadronamiento.

¿Las vidas de Jesús, de José y María fueron fáciles? Si se hace una lectura profunda del Evangelio parece ser que no. Al poco de nacer Jesús, ellos deben coger, de noche, y marchar a un país desconocido, que era Egipto, porque Herodes deseaba matar al Niño, cuando acudieron los Magos para informarse dónde debía nacer el Mesías, tantos años esperado por el pueblo judío. Cuando pasa cierto tiempo –fallecido Herodes- José tiene un sueño en el que se le dice que puede volver a su país de origen.

lunes, 15 de diciembre de 2008

HÉROES Y HEROÍNAS

Hoy en el blog de Paco Sánchez (Vagón-Bar) nos recuerda algo que n0 conocía como es “Las heroínas de Sálvora” que es algo digno de ser leído y recordar. Pero en el siglo que vivimos hay otras heroínas –además de héroes- que no salen en los papeles ni en el telediario. Cierto día hababa con una persona amiga y me comentaba que no iba a tener más familia, que ya dos hijos eran muchos. Y su posición económica era y es buena. Callé por prudencia y actué. Pedí a un colega una foto de su hija con su prole –no tardó en traerla a casa- y se le mostré a mi estimado amigo.

La foto mostraba un matrimonio, él y ella jóvenes, sonrientes siempre, con los ocho hijos que han tenido en el pasado siglo y en este siglo XXI, y no sé si fue este motivo, pero a los pocos meses mi amigo me anunció el nacimiento del tercero de la lista.

No soy un agorero –líbreme Dios- pero este matrimonio de familia numerosa de ochos hijos, cuando pueden se van de copas un día de movida, después de colocar a la prole entre los tíos y abuelos. Ellos son gente que tiene ganas de pasarlo bien. Ya sé que todo esto no es políticamente correcto, pero muchas grandes figuras de nuestro planeta llamado Tierra han pertenecido a familias muy numerosas.

A pesar de ser llamado persona “non grata” en algunos ambientes dejo constancia de lo escrito. Si algún lector desconfía sólo me tiene que escribir y le mostraré la foto de la familia. Ah!, el hijo mayor estudia una carrera en la universidad y no es precisamente de las más fáciles.Se me olvidaba comentar que esta familia resulta de lo más normal porque como me decía una vez el abuelo de ellos: “Date cuenta que no han nacido todos a la vez, sino uno a uno y lo que hicieron fue hacer un hueco al que venía”. ¿Quién da más? Otro dato: ella, la madre, está de muy buen ver y más de uno le suele echar un piropo.

domingo, 14 de diciembre de 2008

CHISTES PARA UN DOMINGO DE DICIEMBRE



EN EL GIMNASIO
Suena el móvil en el gimnasio. Lo toma uno de los que allí hacen ejercicios y se da el siguiente diálogo:

- ¡Hola cariño! ¿Qué tal estás? Mira, que he visto en un escaparate un abrigote visón bastante barato. ¿Te parece bien que lo compre?

- Bueno, si te agrada y lo necesitas. Por esta vez…

- ¡Gracias, cariño! ¡Da gusto hablar contigo! He observado que el coche que tenemos tiene muchos kilómetros y hay en un concesionario una oferta muy interesante. ¿Nos animamos y lo compro?

- Bueno. Tienes razón que el coche ya tiene cierto tiempo como tú dices. Elige un color de moda y ya está.

- ¡Ah! Eres maravilloso. Por cierto ayer hablé con mamá y le invité a pasar un mes con nosotros. ¿Qué te parece esta idea? ¡Vive sola y es tan buena y cariñosa! ¿Le digo que se venga la semana próxima?

- ¡Bueno, pero un mes nada más!

- ¡¡Gracias cariño!! ¡Estás desconocido hoy! Besos y hasta pronto.

- ¡Adiós, besos!

A continuación dice nuestro personaje, levantando el móvil:
- ¿De quién es este móvil?

¡MADRE, NO HAY MÁS QUE UNA…!

Jaimito en la clase de lengua había redactado un trabajo que le había encargado el profesor. El título era “¡Madre, no hay más que una…!” y leyó los renglones que se le habían ocurrido.

“Era la época de verano. Estábamos en pleno calor, por la tarde en la playa y mi madre me encargó ir a la nevera para traer unas bebidas de cola frescas. Obedecí y allá me encaminé. Abrí el frigorífico, saqué la única que había bebida que se encontraba, a la vez que, desde la puerta grité: “¡Madre, no hay más una!”, a la vez que mela bebí”

EL TUERTO

Había un tuerto con cierto despiste. Una noche, sin darse cuenta, en vez de quitarse el ojo de cristal, se quitó el bueno. Al no ver nada, dijo:
- ¡Caramba, se fundieron los plomos!

EL HOMBRE TRANQUILO

Iba un señor pro una calle y de pronto le caen trozos de una maceta de un balcón. Le mancha el traje que llevaba puesto y se lo deja hecho una verdadera pena. Un compañero que iba junto a él, le dice:

- ¡Pero hombre, te quedas ahí parado, tan tranquilo y no dices nada!

- Mira, amigo, tengo ocho hijos, estoy en el paro por culpa de ZP, mi suegra en casa y sin expectativa de trabajo… ¡Esto no es nada!, mientras se limpiaba la chaqueta y pantalones…

LOS VIEJOS DEL PUEBLO
Eran famosos los ancianos de un pueblo de la sierra madrileña por los años que cada uno había alcanzado. En invierno, los domingos, solían tomar el sol en la plaza del pueblo con una manta bien abrigados. Acudían los turistas y mientras charlaban con ellos, apreciaban a los diversos ancianos. Un domingo de mucho frío se dio este diálogo:

- ¡Oiga, señor! ¿Cuántos años tiene?

- Ciento quince y llegué a esta edad con mucho esfuerzo. Me levantaba temprano, hacía gimnasia durante una hora, nada de alcohol, etc.

- ¿Y usted, buen señor?, dirigiéndose a otra persona, que se encontraba junto a la anterior.

- ¡Pues mire, sólo tengo ciento treinta años. Nada de comer alimentos grasos, mucha verdura, beber mucho agua todos los días y hacer grandes caminatas por el monte…!

- ¿Y usted?, dirigiéndose a otro muy gastado, ¿qué hizo para estar así?

- Pues mire, señor, hice todo lo que me dio la gana: buenas comidas, mucho alcohol, movidas los fines de semana, drogas y etc.

- ¿Y cuantos años tiene usted?

- Veintiséis, hijo, veintiséis…

sábado, 13 de diciembre de 2008

T E S T I M O N I O

:: No pasó mucho tiempo ::

José Antonio Busto Villa es el director de la Federación Española de Banco de Alimentos.

"No pasó mucho tiempo, a lo sumo un mes o dos, desde el día de la jubilación hasta que mi amigo Javier me llamó para preguntarme si quería incorporarme al Banco de Alimentos de Madrid. Acostumbrado a madrugar, la idea de levantarme con todo el día por delante sin saber muy bien qué hacer me parecía de un aburrido insoportable.

Javier me dijo que lo que teníamos que hacer era buscar alimentos donde los dieran gratis y ponerlos donde hicieran falta, gratis también. Ése era el esquema. A mi me pareció que lo mío era el aprovisionamiento, de manera que comencé las gestiones por ese sector de actividad.

Terminaba el mes de enero y sonó el teléfono:

- ¿Querrían ustedes siete toneladas de chocolate?

- Sí, sí claro. ¿Dónde debemos recogerlas?

- Bueno, verá, es que como dentro de pocos días es San Valentín, tenemos el proyecto de poner a la puerta de un establecimiento del lateral derecho del paseo de la Castellana, un corazón de chocolate de unas siete toneladas que ustedes al día siguiente podrían llevarse.

A las nueve de la mañana del 15 de febrero lucía un sol espléndido. Manolo subido sobre el dichoso corazón, que a su vez descansaba sobre una plataforma inclinada a metro y medio de altura, embutidos los pies en unas fundas de plástico grueso y con un martillo neumático, trataba de demoler en trozos de cuatro o cinco kilos una masa de siete toneladas, mientras varias furgonetas se afanaban en recoger las bolsas que se iban llenando, los transeúntes miraban entre divertidos y asombrados, y los guardias de tráfico intentaban poner un poco de orden. Todo salió a pedir de boca: tratándose de chocolate, no podía ser de otra manera.

Nacho, ingeniero de Caminos, había planificado toda la operación y los de la organización patrocinadora se escabullían cuando él posaba su ojo de experto en los detalles que era necesario considerar y en los que no habían caído. El trabajo bien hecho, pensé yo, esto es lo nuestro. Era lo que me habían enseñado desde los años sesenta cuando José Manuel me habló del Opus Dei por primera vez.

Se fue al Cielo hace algunos años pero lo recuerdo como si fuese hoy:.- ¿Sabes? -decía- esto del trabajo es algo estupendo.

Y yo, con cara de escéptico sin remedio:

Sí, verás, seguía, tú procuras hacerlo lo mejor posible, con esfuerzo, y lo ofreces a Dios por tus amigos o por tu familia o por tu novia, para que los ayude.

Han pasado 48 años, se dice pronto, una vida profesional, aquella novia que fue mi mujer durante 37 años en este mundo, para mí que lo sigue siendo en el Cielo, ocho hijos y ahora “enganchado” en esta especie de organización “juvenil” que son los Bancos de Alimentos.

Lo que pasa es que José Manuel tenía razón. Esta mañana ha venido a verme un ex-compañero de trabajo, recién jubilado, acompañado de un grupo de amigos que quieren iniciar un Banco de Alimentos en otra ciudad y le hemos estado explicando los objetivos y el programa de trabajo.

En resumen, el asunto es bastante sencillo de entender, les dijimos, se trata de buscar un local, preferiblemente una nave industrial de bastante capacidad, naturalmente que no os cueste nada; es imprescindible que la dotéis de medios de almacenamiento, ya sabéis, estanterías, traspalets, si puede ser un toro mecánico, etc., siempre hay alguien que desea modernizar sus instalaciones y le sobran cosas.

Interrumpió uno de los visitantes: Y claro, todo sin que nos cueste nada.

-Tú verás, le dijo Juan Ignacio abriendo expresivamente los ojos.

Proseguimos con el programa. Interrumpió Ana: Bueno pues con eso en cuanto encontréis cuatro o cinco voluntarios que se unan a vosotros tres, tenéis un Banco.

A todos nos pareció percibir una cierta sorna cuando dijo mi amigo: Pues mira, dicho así parece fácil".

http://www.opusdei.es/art.php?p=30975

viernes, 12 de diciembre de 2008

ADICIONES Y AMOR & EDUCAR EL CARÁCTER

El mes pasado hablamos de Jorge, una persona a la que cuatro años de forja en su salida de la droga habían convertido en alguien admirable. Uno de esos afortunados que han logrado evitar el desastre que parecía inevitable. Jorge es ahora hombre profundo, reflexivo. Siempre, explicando su dolorosa experiencia, cuenta cómo llega un momento, muy pronto, en que el toxicómano busca la droga al tiempo que la odia por la adicción que ha creado en él.

Jorge ha meditado mucho sobre el amor, sobre el deseo, sobre las adicciones. Dice que del fenómeno de la drogadicción se pueden extraer muchas ideas útiles para la vida afectiva de las personas. Me ha parecido interesante. Voy a intentar explicarlo. Del amor nacen muchas cosas: deseos, pensamientos, actos. Pero todo esto que del amor nace, no es el amor mismo. Lo que amamos, efectivamente lo deseamos, es verdad. Pero también deseamos muchas cosas que no amamos, cosas que en sí mismas nos resultan indiferentes. Es muy peligroso identificar deseo y amor. Desear un buen vino no es amarlo. Desear la droga no es amarla. Desear sexualmente a una persona no es amarla.

Jorge piensa también en el origen primario de su problema: una familia rota. Se pregunta sobre el porqué del crecimiento alarmante de las rupturas conyugales, de las grandes crisis de tantas familias, que a su vez suelen producir luego tanto daño en las personas que las sufren. Porque son maravillosos los avances de la sociedad actual, es cierto. Pero qué contrasentido es éste, que tras haber alcanzado tan notable nivel de vida, el hombre haya quedado tan desprovisto de recursos a la hora de hilvanar una vida serena, ordenada, sin rupturas sangrientas en la convivencia diaria. ¿Por qué tantas situaciones de fracaso y tantas cicatrices? ¿Qué es lo que ocurre en el mundo occidental, que fracasan dos de cada tres matrimonios?

Es interesante reflexionar sobre la naturaleza del amor. Si el amor fuera simplemente un sentimiento, que va y viene como quiere, que empieza y se acaba sin contar con nuestra libertad, sería tanto como decir que es una simple emoción ciega que se apodera de nosotros y ante la que nada podemos hacer. Pero según ese criterio, el amor sería como una exaltación momentánea que simplemente nos lleva a satisfacer nuestros deseos, como un pasatiempo agradable, centrado y regido primordialmente por lo sexual y lo placentero, y que antes o después se desmorona.

El amor, junto a un sentimiento, es sobre todo un acto de la voluntad, que es la facultad capacitada para elegir, para rechazar, para modular la propia actividad, para gobernarse a uno mismo, para encaminarse hacia algo determinado, para amar con unas raíces duraderas. El amor es compromiso, no un simple deseo ni una simple inclinación natural, aunque ambas cosas estén contenidas en el amor. En las bodegas de nuestra personalidad, como si se tratara de un buen vino, suele ir tomando cuerpo ese sentimiento noble de entrega y de donación de uno mismo que es el amor. Pero una donación que tiene que ser total, pues la unión del amor requiere compartir por entero el proyecto de vida.

El amor no puede ser un tránsito puramente epidérmico, centrado sobre sentimientos que en su raíz son más bien egoístas. La clave para entrar y perseverar en el amor conyugal es el sacrificio gustoso por la persona amada. Cuando llega la dificultad, la prueba, que siempre hace su aparición antes o después, el amor, si es verdadero y fiel, une más, ayuda a superar esos escollos, y sale reforzado. La fidelidad pertenece a la condición misma del amor. Sin ella, el amor sería un simple acto sentimental, sometido al bamboleo de las emotividades, y que dura sólo lo que dura la capacidad de soportarse dos personas. Este modo de entenderlo ha traído muchos fracasos conyugales. Alfonso Aguiló. Director de Tajamar.

jueves, 11 de diciembre de 2008

NO ES UNA CHORRADA...

PASADLO AL MAYOR Nº DE PERSONAS POSIBLE.

ES MUY IMPORTANTE. LO HAN PASADO DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE LA POLICÍA , Y DEL MINISTERIO DEL INTERIOR.

NO RECOJÁIS NINGÚN MÓVIL QUE ENCONTRÉIS Y LEED ESTO ATENTAMENTE :

"POR DETERMINADAS CIUDADES ESPAÑOLAS, INCLUYENDO MADRID, BARCELONA Y VALENCIA, SE ESTÁN PREPARANDO ATENTADOS INDISCRIMINADOS CON LOS DETONADORES ROBADOS RECIENTEMENTE EN 'GRENOBLE' POR E.T.A.
EL 'MODUS OPERANDI' ES ACOMPAÑARLOS DE UNOS GRAMOS DE DINAMITA E INSERTARLOS EN TELÉFONOS MOVILES, LLAVEROS, ETC... QUE LUEGO SE ABANDONAN POR LAS CALLES. TIENEN POTENCIA SUFICIENTE COMO PARA ARRANCAR UNA MANO.

ALERTAD AL MAYOR NÚMERO DE PERSONAS QUE PODÁIS".

lunes, 1 de diciembre de 2008

ANTONIO MACHADO -- CAMINOS

De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.

El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza

Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.

Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.

El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.

Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!