viernes, 6 de junio de 2008

LLEGÓ EL DÍA Y LA HORA...

LLegó el día y la hora de abandonar África. El viajero tomó un vuelo con gran dolor de corazón por dejar familiares, amigos y conocidos... Abdelasís le llevó al aeropuerto Mohamed V, desde donde tomaría el vuelo. Pasó los trámites pertinentes y el viajero miraba caras que se cruzaron en su deambular por el gran aeropuerto. ¡Qué bien atienden a los pasajeros!.

Le ocurrió una anécdota al viajero que es preciso mencionar. Junto a él había una pasajera de rasgos asiáticos. Se le veía algo nerviosa. Se acercó al viajero en inglés. Gran cosa esto de entender algo de varios idiomas. Aunque sea para estos momentos. Le mostro al viajero -a su solicitud- la carta de embarque. Leyó la hora de "departure" y ya había pasado, pues marcaba las 9:45 a.m. y eran en Casablanca las 11.15 a.m. La persona aquella, ni siquiera le dio tiempo de agradecer al viajero el detalle. Salió corriendo.nerviosa con la carta de embarque en la mano, a un destino, que el viajero no pudo determinar.

Algo más ocurrió además aquella mañana. El viajero se había quedado con un resto de monedas para cualquier urgencia. El móvil se había quedado sin carga útil en la tarjeta por lo que estaba aislado totalmente. Buscó y nadie le pudo dar cuenta dónde recargarla. ¿Qué hacer con las monedas del país anfitrión? Vio las tiendas de las que están exentas de recargas de aduanas. Allí descargó su pequeño tesoro en unos suvenir: una camiseta y una gorra para el deporte. ¡Genial!, pensó el viajero. La vendedora se reía al ver los esfuerzos que hacía el viajero para completar el total de la venta. En un árabe, que entendió el viajero comentó: "Safi, safi" (Basta, basta).

Ahora, quedaba atrás ya, de veras, Casablanca y sus emociones de estos días. Montó en el avión. Como es previsor pidió, como hace siempre una ventana. Iniciado el vuelo, sacó la cámara digital y guardó desde el cielo africano unas fotos.

LLegó el momento de entrar en zona del mar y se aclaró el cielo algo nublado antes. La costa marroquí quedaba recortada en los acantalidos y playas. La emoción comenzó a latir cuando divisó la costa de su nueva patria. El piloto tomó el micro se dirigió para los que deberían rellenar el cuestionario de entrada en el nuevo país europeo.

Barajas se divisó a los pocos minutos y pronto la tarea de tomar tierra se hizo a la perfección, sin nervios para nadie. Se acercaba al lugar de destino. Era necesario hacer un descanso obligado y reparar fuerzas con una comida "made in spain", regada con una cerveza o Tío Pepe. El viajero no lo dudó mucho. El aeropuerto a esas horas estaba desierto. Tranquilidad absoluta. Daba tiempo de leer la prensa recogida en el vuelo, con noticias mañaneras. "Le Monde", "ABC". "La Razón", etc satisfacieron la avidez de noticias.

En el siguiente vuelo, junto al viajero iba un grupo de jóvenes de bachiller que había sido invitados y premiados por un periódico madrileño y que se lee en todo el territorio español. el motivo era haber quedado en segundo lugar en un concurso periodístico. Volvían felices -cada cual con su caja obsequio- acompañados de dos profesores.

Junto al viajero volaba a Galicia un personaje curioso por lo que se verá a continuación. Se comenzó un diálogó que se terminó con una gran amistad: se pasó en unos minuto dl usted al tuteo típico andaluz español. Ustedes-vosotros, pero con altura y categorái en esta ocassión. Máximo, que así se llama el personaje acudía a un Congreso internacional de médicos y biólogos. Pero él ni era ni lo uno ni lo otro. ¿Cómo es posible?. En una sola frase se explica: "Trabajo bien hecho". Era cl´clásico "serviceman" hispánico. Una persona que tuvo problemas con su profesora hasta los quince años, por motivos familiares, que le afectaron en sus conociientos básicos. Hasta esta edad él no supo nada de nada hasta que llegó a su pueblo -en una localidad de Palencia muy conocido, pero que por delicadeza se reserva mencionar- un nuevo profesor joven que entendió al alumno y...

Entonces todo fue un éxito sobre otro. Realizó la Fomrmación Profesional de los años sesenta y de ahí pudo acceder al cargo que ocupa hoy, tras mucho batallar. Así es la constancia de BMáximo que el día anterior dio una conferencia en el reciente CIMA de la Clínica Universitaria de Navarra que se dedica a la investigación sobre enfermedades varias sobre Neurología, Cardiología, Hepáticas, etc son las más analizadas y estudiadas. El viajero pidió permiso para obtener una foto del nuevo y último personaje de estos días. Máximo accedió con una gran sonrisa. Hubo intercambio de tarjetas y se seguirían comunicando por internet. ¿Cómo no?. Al llegar al aeropuerto de destino, Máximo ayudó a portar los equipajes de mano hasta el fin. Allí se encvontraba Manuel con su amplia y grata sonrisa, que le acompañó con una expresión que le salió de lo más hondo: "¡¡Has superado la prueba, amigo!!".

Un fuerte abrazo entre ambos. Máximo debía alojarse en un hotel alejado de la ciudad, por lo que se despidió del viajero y rechazó la oferta de usar el mismo vehículo que le había propuesto el viajero.

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