Hoy es Jueves Santo. Un día en el que los católicos conmemoramos tres asuntos importantes de nuestra vida de creyentes. La primera es la celebración de la Primera Misa, la segunda es la llamada de Jesucristo al Amor Fraterno y la tercera es la institución del sacramento del Orden Sacerdotal. Quiero detenerme brevemente en cada una de las tres. La Santa Misa es para un católico el centro de su vida. Pero, ¿qué es la Santa Misa?. Se puede resumir en cuatro apartados principales:
A) Necesidad que tenemos los hombres de pedir perdón a Dios por todos nuestros personales (haberlos haylos, ya que sólo es necesario repasar la condición humana, que muchas veces realizamos lo contrario de lo que pensamos). Si se quiere, leamos la prensa del día: venganzas (el quinto mandamiento dice “No matarás), violaciones (sexto mandamiento “No cometerás actos impuros”, violencias físicas o moral, trabajos mal realizados (chapuzas) -¿acaso no es un robo a mano armada –un pecado contra el séptimo mandamiento (No hurtarás)- entregar un trabajo en malas condiciones?, conducir de forma temeraria produciendo la muerte o heridas graves a los demás o a nosotros mismos, etc. ¿Y qué decir de las mentiras o falsos testimonios –octavo mandamiento- como se oyen en la calle, entre amigos, familiares? (¿por qué hay tantos juicios con abogados, fiscales, jueces, testigos, etc). Si repasamos los pecados de soberbia, avaricia, lujuria, pereza, gula, ira, etc. encontramos materia en abundancia.
B) Debemos alabar a Dios por todo lo que nos da cada día: la vida, naturaleza, ríos, mares, lluvia, nubes, frío, calor, animales, plantas… ¿o acaso esto es el “hombre” quién lo produce con sus neuronas y nadie más? Es la segunda parte de la Santa Misa.
C) Pedir es una condición humana que se encuentra resumida en las siete peticiones del Padrenuestro de la Santa Misa (Pedimos salud para el cuerpo y el alma, pedimos el pan –los alimentos diarios de beber y comer- además del alimento de la gracia para el alma, que nos libre del mal –enfermedades, huracanes, maremotos, sunamis, pedrisco, lluvias torrenciales, etc- y así hasta siete.
D) Y así llegamos a la cuarta parte: recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo, junto con su Alma y Divinidad. Lo que se suele llamar Eucaristía (palabra griega que significa “Acción de gracias”) Las personas agradecidas dan las gracias cuando reciben un regalo, las felicitaciones del cumpleaños o Año Nuevos, por ejemplo.
(II) El Mandamiento Nuevo: “El Amor Fraterno”. Querer a los demás como nos queremos a nosotros mismos. ¿Qué ocurriría si se llevase a la práctica este Mandamiento Nuevos cada uno de los días del año. Nuestras vidas darían un cambio tremendo, para bien y la convivencia ciudadana y familiar tornaría a ser algo genial, digan de ser imitadas. Pondré sólo unas perlas: “Ser cordiales con todos”, “Agradecer lo que hacen por y para nosotros tantas personas”, “Interesarnos por los demás cada día”, “Respetarnos mutuazos además de apreciarse”. “Encontrar la parte positiva de los demás”,”Quitar el malhumor de nuestras vidas”, “Ser optimistas y alegres”, “Afables con todos”, “Indulgentes con los demás, como hacemos con nuestros fallos grandes y pequeños”, “Tener gestos amables con los demás”, “Interesarnos por los temas de los demás”, “Ser benignos con los fallos de los demás”, etc. ¿Por qué no empezamos ya desde ahora mismo a poner en práctica estas –u otros asuntos- que hagan la vida más llevadera a las personas que viven cerca o lejos de nosotros? ¡¡Quitaríamos el odio, venganzas, atentados, atracos y otros males de nuestras sociedades y barrios!!
III) El sacerdocio para los católicos es muy importante: para administrar los sacramentos de la Penitencia y celebrar la Santa Misa, además de los otros. ¡Cuánto bien realiza un sacerdote santo! Me acuerdo cuando redacto estas líneas del santo Cura de Ars, que llegó a un pueblecito donde nadie acudía a la iglesia y terminó su vida confesando 16 horas o más al día. Gente que venía desde lejos para confesar sus pecados y recibir el perdón de Dios a través el Cura de Ars. Y el italiano Juan Bosco, fundador de los salesianos, que tanto bien realizó en la gente obrera –y actualmente sus hijos realizan en los colegios de Formación Profesional y bachilleres. Gentes preparadas para el presente y futuro Ignacio de Loyola que a través de la Compañía de Jesús ha difundido tanta santidad en las gentes. Los padres franciscanos, dominicos, sacerdotes parroquianos en sus aldeas perdidas en laa frías sierras de cualquier país. ¿Qué decir de san Josemaría Escrivá que en el año 1928 Dios le encomendó sacar adelante el Opus Dei y que ha hecho posible a tantas personas de la calle llegar a hacer compatible el trabajo honrado y la santidad, el matrimonio, la vida ordinaria y corrientes e cada día
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año
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