En África vivieron este matrimonio con sus hijos durante bastante tiempo. Aurora y Tomás tuvieron seis hijos –tres mujeres y tres varones- a lo largo de sus vidas. Los dos mayores fallecieron a los pocos meses y los otros cuatro viven, gracias a Dios. Una sigue allá en África, con su familia. Los otros tres volvieron al continente europeo. Cada cual se ha buscado su vida de forma distinta y se intercomunican de vez en cuando, se visitan y recuerdan tiempos pasados allá en el continente africano.
Se ha dicho que cada persona tiene su biografía que se puede escribir en varios capítulos. Se ha repetido hasta la saciedad que la vida merece la pena vivirla. Y es así de cierto. Un día de estos pude leer en una exposición de jugadores de fútbol la siguiente frase “Dolor y felicidad en el fútbol están muy relacionados” y se le asigna a Sir Bobby Chalton, jugador de los años sesenta del siglo pasado. Esta misma frase se puede decir de la vida misma de cada día, allí donde se desarrolle: en una oficina, escuela, hogar, comercio, calle, matrimonio, familia, etc. Pero pienso que esto hace madurar a las personas. ¿Qué sería de una rosa si no tuviera espinas? La belleza de la flor esta aumenta al percatarnos de las espinas que hay cerca de los pétalos rojos o amarillos.
“De África vine” dicen muchas personas que vienen a diario en cayucos, jugándose la vida por un futuro mejor. Esta mañana, al salir de un supermercado, me encontré con un joven negro –negro como unos zapatos negros- que portaba en sus manos un escrito pegado a un cartón, en el que podía leerse: “Pido una limosna porque soy sordo y mudo y nadie me da trabajo”. Y uno piensa cómo le echó valor este joven a la vida. ¿Qué podrá decir este joven dentro de veinte o treinta años de nosotros los “romis” (europeos, en una lengua árabe)?
Gracias a todos los que han venido de fuera a nuestros países. Y gracias a todos los que han salido a otros lugares para buscarse una vida mejor. Por último, gracias a Dios que nos ha dado esta vida tan bonita, con los dones que cada cual tiene para hacerla más bella y más espléndida. Gracias, Señor nuestro.
Se ha dicho que cada persona tiene su biografía que se puede escribir en varios capítulos. Se ha repetido hasta la saciedad que la vida merece la pena vivirla. Y es así de cierto. Un día de estos pude leer en una exposición de jugadores de fútbol la siguiente frase “Dolor y felicidad en el fútbol están muy relacionados” y se le asigna a Sir Bobby Chalton, jugador de los años sesenta del siglo pasado. Esta misma frase se puede decir de la vida misma de cada día, allí donde se desarrolle: en una oficina, escuela, hogar, comercio, calle, matrimonio, familia, etc. Pero pienso que esto hace madurar a las personas. ¿Qué sería de una rosa si no tuviera espinas? La belleza de la flor esta aumenta al percatarnos de las espinas que hay cerca de los pétalos rojos o amarillos.
“De África vine” dicen muchas personas que vienen a diario en cayucos, jugándose la vida por un futuro mejor. Esta mañana, al salir de un supermercado, me encontré con un joven negro –negro como unos zapatos negros- que portaba en sus manos un escrito pegado a un cartón, en el que podía leerse: “Pido una limosna porque soy sordo y mudo y nadie me da trabajo”. Y uno piensa cómo le echó valor este joven a la vida. ¿Qué podrá decir este joven dentro de veinte o treinta años de nosotros los “romis” (europeos, en una lengua árabe)?
Gracias a todos los que han venido de fuera a nuestros países. Y gracias a todos los que han salido a otros lugares para buscarse una vida mejor. Por último, gracias a Dios que nos ha dado esta vida tan bonita, con los dones que cada cual tiene para hacerla más bella y más espléndida. Gracias, Señor nuestro.
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