viernes, 23 de enero de 2009

JEANN GUITTON


Se podría decir que Jean Guitton fue uno de los pocos pensadores lúcidos católicos del siglo XX. En medio de un ambiente filosófico francés generalmente hostil, este hombre, doctorado en letras, supo ganarse el respeto de todo el mundo, era una persona querida, estimada, mas allá de sostener posturas muchas veces diametralmente opuestas a lo «normal» por entonces. Y llámese en este caso «normal» el ateísmo, el marxismo, el relativismo.

Escribió hasta pocos días antes de morir en 1999, a los 97 años. Una vida fecundísima. Una de sus últimas obras, «Mi testamento filosófico» escrita a los 95 años, es una representación imaginaria de su propia muerte, donde debate con viejos amigos y filósofos contemporános, Bergson entre ellos. Allí, las ideas determinan el juicio de cada uno. Y su destino, lógicamente.

Guitton estaba convencido de la necesidad del ejercicio de la espiritualidad del laico en la Iglesia, persuadido de que no solo los religiosos, sacerdotes o personas consagradas estaban llamados a un camino de adoración y fe, sino que ello era también misión y destino de todas las personas, mas alla del grado de su entrega. Por ello, fue el único laico que participó en el Concilio Vaticano II.

Fue miembro de la Academia Francesa y luego su presidente. Escribió numerosísimas obras, muchas de ellas traducidas a una cantidad enorme de idiomas y prevaleció entre los pensadores de la época. En sus escritos no impone, dialoga, razona y llama a la reflexión.

Nacido en París en 1901 y muerto en la misma ciudad casi un siglo después, su desaparición física repercutió ampliamente en la vida intelectual francesa y del mundo, a tal punto, que el ex presidente francés Jacques Chirac llegó a comentar cuando se enteró de su muerte: «Ha iluminado el siglo con su pensamiento exigente, orientado hacia lo esencial: la búsqueda del sentido de la vida, que para él era lo mismo que la búsqueda de Dios.»

Recomendamos de Jean Guitton : 1.-Mi testamento filosófico: Una de sus últimas obras, en la que narra su lenta muerte en un lecho mientras no deja de discutir postulados filosóficos con sus ocasionales visitantes.

2.- Sabiduría cotidiana: Libro un poco mas difícil de conseguir, pero que repasa la importancia de las virtudes y de los actos de sencillez en el trabajo y en la vida diarios. Por Mariano Martín Castagneto

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