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Empezar un nuevo año, además de ser un regalazo de incalculable valor, es una oportunidad de lujo para plantearse nuevos propósitos con los que trasformar nuestras debilidades en fortalezas y las amenazas que nos acechan en oportunidades con las que lograr una vida más humana.
Es verdad que en este año que comienza, muchos de nosotros vamos a tener que enfrentarnos a los problemas cotidianos más importantes de nuestra historia reciente. No solo porque con la crisis económica que tenemos es necesario cambiar nuestra forma de vivir y nuestras costumbres. No. Sino que esta crisis global, cargada de sufrimiento para muchos, de inquietudes para unos pocos, y de anhelos para todos, nos va a presentar la oportunidad de tomar las riendas de nuestras propias vidas, de nuestras familias y de nuestro entorno social y laboral, con la serenidad del que sabe que «todo es para bien».
Para ello, y con la finalidad de descubrirnos las reglas de oro para afrontar lo mejor que podamos este nuevo año, nos puede servir de ayuda este decálogo que ha escrito el obispo de Querétaro (México), monseñor Mario de Gasperín Gasperín,para el año 2009.
Una mirada desde Nazaret
Ante la crisis que se avecina, si no es que ya está encima, sin duda que los hogares más pobres serán los más afectados. Muchos analistas ofrecen soluciones. Yo quisiera preguntarle a la Sagrada Familia de Nazaret, a Jesús María y José, qué nos aconsejan en este momento, parecido quizá al que sufrieron ellos cuando nació el Salvador. Nos aconsejarían lo siguiente:
1°. La unión familiar. Incrementar la unión de la familia completa: papá, mamá, hijos y, si están los abuelitos, mejor. Evitar toda violencia familiar, los malos tratos y las palabras groseras. La familia que vive mejor es aquella donde hay respeto y reina el amor.
2°. La fidelidad conyugal. Decir no al divorcio; no a los hijos fuera del matrimonio; no a las uniones libres; no a los niños sin papá. Todo esto significa decir "sí" a la vida y al amor. Amor es fidelidad para toda la vida.
3°. Trabajo arduo. Ganarse el pan con el sudor de la frente. El dinero fácil se convierte en trampa; no da felicidad. Pagar el salario justo y evitar la corrupción. Una vida honesta, sin vicios, es siempre una buena inversión.
4°. Ecología familiar. No desperdiciar el pan, el agua, la luz. No contaminar. Dios no hace basura, recicla. Sembrar plantas y flores. La salud es siempre la riqueza mayor.
5°. Ahorro y austeridad. No gastar más de lo que se gana. Evitar comprar fiado y pedir prestado. Todo abuso se paga. Vivir con austeridad es un arte y una virtud cristiana.
6°. Alegría de vivir. Disfrutar de las maravillas de Dios: la vida, la luz, el aire, el sol, el campo, la familia, los amigos. Completar esta riqueza con la lectura de un buen libro, comenzando por la Biblia y el Catecismo. Aprender a escuchar y conversar en familia. Escuchar música seria, no ruido. La cultura es adorno del alma y fuente de felicidad.
7°. Amor a la tierra. No tener tierra sin producir. Hacer en el patio de la casa el huerto familiar. También en macetas. Preferir los productos nacionales y de la región, a los importados. Apoyar siempre a los trabajadores del campo mexicano.
8°. Confianza en Dios. Reconocer el poder de Dios y de su divina Providencia. Dios es defensor del pobre. Ser agradecidos. Asistir a Misa todos los domingos. Dar a Dios y al César lo que corresponde a cada uno: Cumplir con los diezmos y pagar los impuestos.
9°. Oración en familia. Rezar juntos ante el altar familiar. El Rosario es lo mejor, y más si se añade una pequeña lectura de la Biblia. Repasar con los hijos los Diez mandamientos. El santo temor de Dios es el camino hacia la felicidad.
10°. Ser solidario. No olvidar que hay siempre alguien más necesitado que nosotros. Tener algo para compartir y jamás negar el pan a quien padece necesidad. A la autoridad civil corresponde la justicia, la salud y la alimentación del pueblo; "pero no hay orden estatal, por más justo que sea, que haga superfluo el servicio del amor" (Deus caritas est, 28).
Somos testigos del amor de Dios en el mundo. Amor a Dios y al prójimo son dos rostros del mismo amor. ¡Feliz año en unión con Jesús, María y José!
Remedios Falaguera Silla .Maestra y Periodista. DirectoraAdjunta de Esfera Educatiuva. Escribe en Mujeres del Siglo XXI *Santiago de Querétaro, Qro., Enero de 2009+ Mario de Gasperín Gasperín
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año
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