jueves, 1 de noviembre de 2007

DÍA DE TODOS LOS SANTOS (II)

El escrito anterior, que aparece por logística deficiente, en el día 31 de octubre, es para leer hoy. Día 1 de noviembre de 2007. Pero esto de la informática tiene estos “fallos” humanos (¿). En este escrito se acabó el mismo diciendo que “estábamos en Babia, hasta que un día…” y ahí se detuvo el escrito, como una novela o película por entregas.

Pasemos a la Segunda Entrega. “Hasta que un día el Espíritu Santo puso en el corazón de san Josemaría Escrivá el encargo de sacar adelante una Obra maravillosa –Opus Dei, se llamaría después- y que hoy día está extendida por todos los continentes. África, América, Oceanía, Europa y Asia han visto llegar poco a poco a personas de la Obra que han llevado un mensaje de alegría, trabajo y sinceridad, de cariño y esfuerzo, en el que se dice a todos que pueden ser santos allí donde están, hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, en su trabajo digno y profesional. Por supuesto que un carterista o un timador, como tantos otros, aunque sean trabajos profesionales, pero dejan mucho que desear en su dignidad.

Pero, ¿hemos pensado en las posibilidades de santidad que tiene un médico tratando de paliar los dolores de sus enfermos, sanando el mal de los mismos y devolviéndoles la salud perdida? De igual forma pensemos del ama de casa con su tarea diaria, desde el amanecer hasta la hora de ir a descansar, un arquitecto, barrendero, pescador de altura, minero, carpintero, taxista -en Madrid hay varios taxistas de la Obra, con bastantes anécdotas simpáticas todas ellas-, una enfermera, barman, pinchadisco, cantante, camionero, profesor, etc. ¡No quiero pensar en los políticos si se llevara a cabo –contando con los fallos humanos, que siempre los habrá- cómo cambiarían las situaciones de las Naciones de todos los continentes!

El Opus Dei se encuentra tan a gusto en una fabela brasileña, promocionando a los del lugar como en Sudán, Costa de Marfil o Kenia, India, Japón, Kazagistan, Suecia, Holanda, Betanzos, Carballo, Irlanda, Nueva Cork o California, Tallín o Moscú, Valladolid , Córdoba, Sevilla o Tarrasa… ¡allí donde haya una persona puede surgir una vocación al cristianismo y por supuesto al Opus Dei!

La semana pasada estuvo un amigo en Brasil. Un día alguien le invitó a visitar las fabelas (barrio deprimido, hacinados por la falta de espacio urbano y la miseria) del lugar y un centro de Formación Profesional que allí se encuentra para levantar las posibilidades humanas de los del lugar. (“Si alguien tiene hambre, no les des un pez, enséñales a pescarlo: así podrá comer toda su vida”).

Le contaron que un buen día una mafia de otra barriada se presentó, de noche, para “limpiar” materialmente el centro de Formación Profesional, porque era de “ricos” y para “ricos” (a los alumnos se les cobra el equivalente a tres euros al mes por la formación que reciben en las distintas ramas profesionales).

La mafia del mismo barrio había “olido” algo y llamaron a un antiguo alumno del C.P. –en la actualidad profesor del centro educativo- y éste fue el que demostró que aquello no era para los niños pijos –que no los hay en una barriada como esta- sino que era para promocionar humanamente a los menos pudientes, como era su caso. Al final marcharon los mafiosos con los camiones vacíos, como habían llegado. (Otro día les puedo narrar las diferentes anécdotas de los taxistas madrileños)

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