miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿SERÁ VERDAD LO QUE DICE Y PIENSA MI AMIGO?

De vez en cuando hablamos mi amigo y yo. Hace tiempo que el mensaje que intenta enviarme es el mismo: “hay intereses creados y no quieren que pensemos: por eso hay tanto fútbol, basket, tenis y pamplinas de esas, incluso el folclore”. Al principio pensaba que mi amigo era un exagerado, pero estoy llegando a darle la razón. Vean por qué motivo. Hoy es miércoles: en todo el país se paran los relojes dos horas o más. Hombres y mujeres, mayores y jóvenes, de la tercera edad también allá se van. Parece una tarde de domingo o sábado. ¿Dónde se fueron? Al estadio. Desde casa les oigo gritar: ha comenzado “el tiempo de juego” que llaman las cadenas de radio. Las urgencias en los hospitales disminuyen –más aún si hay un partido de los grandes, de esos que llaman el “partido del siglo” o de otra forma más a lo inglés el “derby”.

Y se vuelve repetir aquello del “pan y circo”. Que el pueblo no piense. ¿Pensar? ¿Para qué? ¿Qué ha subido la leche y el pan? Bueno, pero…¡eso no tiene importancia, se trata de comer menos pan y tomar menos leche, y ya se soluciona la cuestión. ¡Es que hay cada aguafiestas! El pueblo necesita diversión y echar por su boca los enfados con el jefe que le hace las pascuas, al compañero que le intenta fastidiar para ocupar su puesto de trabajo y subir en el escalafón empresarial, etc.

Mi amigo, cuando ve que la gente acude a estos lugares se frota las manos y sale a la calle a preguntarle- con sorna e ironía- a los que llevan el bocadillo y la bufanda, mientras corren por las aceras: “¿Quién va a ganar esta tarde?” Después se queda algo pensativo y masculla unas palabras: “Cuando escriba este libro, voy a desarmar todo el tinglado. Porque no hay derecho a engañar al pueblo de esta manera”. "Pero, vamos a ver, Alberto (supongamos que así se llama mi amigo), ¿cómo va un gobierno entero a estar dispuesto a engañar al pueblo todo? ¿Acaso no van con satisfacción y libremente al estadio para ver el partido, pagan la entrada o el abono e, incluso, en invierno, pasan un frío que pela?
"
Y, es entonces, cuando mi buen amigo Alberto coge una buena. Se le notan las carótidas ya que eleva algo la cabeza, como si se dirigiera al vecino asomado al segundo piso del balcón que le escuchase. “Ahí está el engaño, porque todo viene de que nuestro cerebro está programado de esta forma y no hay nadie capaz de desprogamarlo (dice otra palabra, pero la sustituyo)” Lo malo del asunto que esto viene desde muy lejos. Y ocurre aquí, en España, en Estados Unidos –ha viajado allí varias veces- y en todos lo lugares del planeta. ¡Que te lo digo yo y basta ya! Lo tengo muy estudiado el asunto.

Entonces comienza a realizarme preguntas –él después las contesta una a una- ¿Por qué crees que la gente no lee ningún libro? ¿Por qué piensas que la gente no acude a una conferencia o charla-coloquio? ¿Cuáles son los temas de conversación de la gente durante el rato del bocadillo en el trabajo? A veces pienso que algo de razón puede tener mi amigo Alberto, ya que hoy miércoles este fenómeno de la “liga” ocurre en Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal y resto del mundo mundial (como dicen en alguna emisora de radio). ¿Quién tiene una respuesta para mi amigo Alberto que sea capaz de convencerle? Yo tiré la toalla hace años porque no se convence con nada. Es insaciable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡No tire la toalla porque su amigo tiene bastante razón, aunque debe ser más flexible con los demás! En este planeta llamdo Tierra todos no somos lo mismo y cada cual se busca la vida de una forma diferente. María dl Carmen Ferre