"Si quieres que te sonrían, sonríe."
¿Existen causas para sonreír en este mundo que cada día se va haciendo más oscuro? Nietzsche decía que los cristianos esperan un paraíso de felicidad en el cielo, pero que viven tan tristes y malgeniados como si fueran todos caminando hacia el infierno. Los católicos tenemos la responsabilidad de no hacer pesado nuestro cristianismo. La sonrisa y la caridad son el uniforme del hombre de fe.
Hay que sonreír por todo lo que Dios nos da. Sonreír porque Dios nos ama y por la confianza que tenemos en él. Sonreír, para consolar a Dios por tantas personas descontentas y egoístas que matan el bien y el amor. Debemos sonreír por todos los que no sonríen. Una sonrisa es una protesta contra las injusticias y blasfemias.
Sonreír es un apostolado. Quien ríe testimonia que está feliz en el servicio de Dios. El apóstol nace de la sonrisa de Dios. Sonreír, para los bautizados es un derecho y un deber. La gente mira hacia aquellos que anuncian la felicidad porque todos preferimos a la gente de buen humor.
Para una viuda o para una huérfana no es tan fácil sonreír. Para una familia desunida no es sencillo reír. Para sonreír hacen falta ocasiones que lo faciliten. Por eso: ¡Bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque nunca les faltará motivo de qué reírse!. Ricardo Ruvalcaba
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año
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