domingo, 31 de agosto de 2008

IN MEMORIAM - VENANCIO LAFUENTE DEL REY

Ayer sábado, día 30 de agosto de 2008, falleció una gran persona y mejor amigo. Después de varios días de lucha por sobrevivir, al final no pudo ser y Venancio se nos fue para siempre. Hemos perdido un buen familiar y amigo, un estupendo ciudadano y extraordinario comerciante. Su esposa Rosa y sus hijos, así como los nietos están recibiendo el cariño de muchos amigos y conocidos. Lloran la marcha de Venancio y aceptan la voluntad de Dios.

Hace pocas fechas, en el blog “De África vine”, hacíamos una semblanza suya y de su esposa Rosa. Hoy nos sumamos a ese grupo tan nutrido que el lunes 1 de septiembre, acudirán a su entierro a las 17 horas, en el cementerio de san Amaro y a las 20.30 horas tendrá lugar un funeral en el templo de María Auxiliadora del Colegio Salesiano, para pedir por el alma de Venancio, rogando a Dios que lo acoja muy cerca de Él.

Hablar de Venancio es decir cosas bonitas y de interés. Tenía muchos amigos y poseía un don de hacerlos. En cuanto charlabas con él, te captaba de lleno y pasabas a ser uno de sus amigos. Era una persona cordial, muy educada con todos, con la sonrisa en los sabios y la palabra acertada para cada cual. Un hombre de gran carácter, que se hizo a sí mismo, trabajador competente, viajero como el que más y exigente consigo mismo y en la calidad de la mercancía. Emprendedor y perito en los negocios, donde sabía tanto perder como ganar. Dominaba el dejar hacer, así como la ciencia del convivir y estar. Cariñoso con todos y fiel a la palabra dada.

Se nos ha ido un gran hombre, cuya figura y ejemplo todos guardaremos en nuestra mente. Será difícil olvidar su fisonomía y sabiduría sencilla. Buen hijo, gran padre y abuelo, además de esposo, como queda señalado arriba. Alumno de la escuela salesiana de la que era gran seguidor y deseaba sacar adelante la asociación los antiguos alumnos, poniendo empeño y fuerza, además de inteligencia y maestría.

¡Muchas gracias, Venancio, por esa vida tuya llena de grandes labores! Seguro que te habrás presentado delante de nuestro Padre Dios y de María Auxiliadora,de la que eras fiel hijo, con las manos llenas de buenas acciones, porque hiciste muchas en favor de los demás, sin mirar quiénes eran. Te olvidabas de ti pensando en los demás.Has vivido grandes valores, como la alegría, solidaridad, sencillez, lealtad, compañerismo, laboriosidad… ¡Gracias, Venancio!

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