CONSEJOS PARA MANTENER LA CALMA (II)

12.- BUSCA EL LADO BUENO DE LAS COSAS.- Acostúmbrate a buscar lo mejor de las personas y de las situaciones. El optimismo se consigue con un enfoque sencillo de todas las situaciones. Y a la seguridad, que también nos lleva a la calma.

13.- CÁLZATE BIEN.- Cualquiera puede decirle a que la verdadera relajación comienza por los pies. Llevar zapatos cómodos es casi tan relajante como ir descalzo

14.- FINGE SER HUMANO.- Que los demás sean los perfectos, los geniales, los maravillosos… Conténtate con ser como eres y serás feliz.

15.- ADMITE QUE ESTÁS TRANQUILO.- Si quiere engañar al subconsciente `para que te ayude a estar tranquilo, limítate a repetir: “Cada vez me siento más tranquilo”.

16.- `PIENSA CON CALMA.- Ten pensamientos tranquilos. Imagina escenas tranquilas. Recuerda sonidos tranquilos…

17.- ESCOGE PLACERES SENCILLOS.- Céntrate en algo con toda tu atención y con espíritu imparcial. Encontrarás placer. UN vaso de agua, un prado verde con un cielo azul, una campana que suena a lo lejos… Estas cosas pueden conducirte a la calma.

18.- PON REMEDIO AL DESORDEN.- El desorden físico hace aumentar la tensión de la vida. Poner remedio al desorden es una forma tranquila de relajarte.

19.- PERDONA INMEDIATAMENTE.- Tener malos sentimientos hacia alguien es más perjudicial para el que los tiene que para el que los recibe. Perdona rápido y sinceramente a todo el que te hizo mal.

20.- ROBA TREINTA SEGUNDOS.- Cuando estés en tensión, ve a algún sitio tranquilo –vale incluso el cuarto de baño en caso de necesidad-y dedica treinta segundos a ordenar tus pensamientos e ideas. Piensa en cómo vas a relajarte. Respira despacio, si es necesario.

21.- VUELVE A LA INFANCIA.- Deja que los niños te den una lección de calma. Mira cómo viven cada momento por el placer de ese momento. Finge que tú has vuelto a la infancia y tú también serás así.

22.- REZA.- Decía Tomás de Aquino que cuando estemos tristes y sin calma viene bien hacer cuatro cosas –algunas o todas, da igual- : Rezar a Dios, hablar con un amigo que te entienda y tengas plena confianza con él, dormir a pierna suelta sin despertador y tomar un baño de agua caliente.