domingo, 17 de febrero de 2008

UN TIEMPO QUE SE DEBE NOTAR

No nos referimos al climatológico. Nos referimos al tiempo de Cuaresma en la que estamos viviendo. Son unas semanas que comenzamos el miércoles de ceniza –este año fue el 6 de febrero- y terminará con la Pascua de resurrección el 23 de marzo.

Mala cosa si sólo se nota en cosas como que los viernes no comeremos carne. Recuerdo que en un lugar donde viví bastante tiempo, en el tiempo de Cuaresma, un amigo de mi familia nos daba siempre la misma paliza: “Estoy deseando que pase el tiempo este porque hice la promesa de no fumar y me está costando horrores”. Y así un año y otro. ¡Qué peñazo de señor! Era preferible que fumara lo que quisiera y nos dejara a todos tranquilos! ¿No es verdad que podemos cambiar bastantes costumbres que no van con lo, que corresponde a un cristiano?

• ¿Cómo realizamos nuestro trabajo profesional? ¿Cobro lo estipulado o me excedo en cobrar a la hora de pedir por los servicios prestados?
• ¿Hay chapuzas y acabo mal lo que realizo, sea cual fuere mi trabajo profesional? Pensemos en los médicos, enfermeras, mecánicos de coches, cocineros, profesores, educadores, padres de familia, etc
• ¿Procuro estar al día y estudio lo que debo para corresponder a lo que se espera de mi profesionalidad?
• ¿Soy puntual a la hora de llegar a la oficina, colegio, servicio médico, ayuntamiento, grandes superficie, etc?
• ¿Trato a los clientes con simpatía o procuro “espantarles” para que no vuelvan más por el comercio donde trabajo para poder vivir con menos agobios?
• ¿Hablo mal de los amigos, familiares, jefes, conocidos cuando no están presentes? ¿Soy noble y justo en mis juicios acerca de ellos?
• ¿Acostumbro a sisar –quedarme con lo que no debo- aunque sea en pequeñas cantidades?
• ¿Sólo nos preocupamos de hacer cosas y no miramos la categoría de las mismas?
• ¿Vivo alegre o estoy de mal humor - amargado de la vida- por exceso de trabajo o porque no me llega el sueldo a fin de mes? Comentaba santo Tomás de Aquino, “que no se puede vivir ni siquiera un día junto a una persona que está siempre de mal humor”
• ¿Cómo es nuestra vida de familia? ¿El carácter es de estar incómodo con todos, siendo exigentes con los demás de continuo? ¿Qué aporto a la convivencia familiar?
• ¿Me preocupo de todos los que dependen de mi o “miro para otro lado” y que “cada cual aguante su vela”?
• ¿Cómo me preocupo de que las cosas funcionen bien en mi ciudad o lugar donde resido? ¿Soy respetuoso con los vecinos? ¿Les saludo y me preocupo por ellos? ¿Cuido que estén en buen estado las instalaciones comunes, como el ascensor, escaleras, portal, etc?
• ¿Respeto las señales de tráfico? ¿Viajo en el coche con la velocidad adecuada o me excedo y pongo mi vida y la de los demás en peligro? ¿Si soy peatón sé obedecer a las señales de los semáforos y cruzo por los pasos de cebra. o cruzo en rojo y por lugares que no son los adecuados? ¿Abono los impuestos justos? ¿Colaboro con el ayuntamiento en tener limpios los jardines y calles o echo a la calzada o acera los restos de comidas, papeles, envoltorios y trato con descuido el mobiliario urbano y los contenedores?
• ¿Soy una persona con la que da gusto estar o más bien la gente huye de mi nada más verme? ¿Procuro caer bien a los demás para hacer más amable esta vida de cada día?
• ¿Estoy hecho un quejica cada vez que me encuentro con alguien y le cuento a todos mis penas, enfermedades y dolores?
• ¿Cómo vivo el orden y la puntualidad? ¿Cuál es mi talón de Aquiles donde puedo mejorar mucho en esta época de Cuaresma?
• ¿Rezo todos los días a Dios dando gracias por tantos dones como nos ha dado desde que nacemos a este planeta?
• ¿Me olvido que Dios es mi Padre que me quiere mucho más de lo que puedo pensar y que está dispuesto a perdonarme muchas veces si me acerco a Él en el sacramento de la Penitencia?
• ¿Acudo los domingos y festivos a la santa Misa o pienso que eso es propio de mujeres, viejos/as y niños que no tienen otra cosa que hacer?
• Y así podríamos hacernos muchas más preguntas…y centrarnos en dos o tres cosas para mejorar. (“El que mucho abarca poco aprieta”, dice el refrán castellano).

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