La bibliografía científica acerca de los beneficios del ejercicio físico sobre la salud es extensa. Aún así, gran parte de la población no sigue las recomendaciones médicas de mantenerse en forma. Según datos del Ministerio de sanidad, un 47% de la población española afirma no hacer ejercicio, lo que supone una tasa 7 puntos superior a la media europea.
En realidad, caminar media hora cada día sería suficiente. De hecho en algunos estudios ni siquiera se refleja que una actividad vigorosa aporte más beneficios que una actividad moderada. Lo importante es moverse. Adquirir este hábito ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, patologías crónicas como la diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. El ejercicio físico reduce la morbilidad y la mortalidad de alguna de estas enfermedades, disminuye el riesgo de tener caídas y además contribuye positivamente a mantener una buena salud mental.
Son varias las advertencias científicas de lo negativo que es el sedentarismo. Un problema de salud que “merece la atención de los médicos, los científicos y las autoridades sanitarias”, según recoge alguno de de los informes elaborados por los propios expertos,
Concretando podemos dar estas pautas sencillas que todos las podemos llevar a cabo, en casa o fuera:
· Cuanto más te muevas, mejor te sentirás. Te notarás más activo y más ágil y, sobre todo, más independiente.
· Practicar un programa regular de ejercicios te ayudará a minimizar los efectos negativos de cualquier enfermedad cardiovascular o neurológica.
· Introduce la actividad física en tu rutina diaria.
· Márcate pequeñas metas: subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor, salir por las mañanas temprano o al atardecer a pasear con ropa deportiva, con calzado adecuado, un gorro para el sol o lluvia, un impermeable si amenaza lluvia, etc.
· Un poco cada día, ¡ya cuenta!
· Anima a algún familiar, vecino, amigos a acompañarte de vez en cuando –por ejemplo los domingos por las mañanas- llevar el coche hasta un lugar y, a continuación después de aparcar el auto, realizar un paseo en un sendero adecuado a las circunstancias de la edad y costumbres adquiridas.
· Mantenerte activo te ayuda a relajarte y a prolongar tu independencia.
· Adapta los ejercicios a tus necesidades.
· Si duda acerca de los ejercicios que te conviene realizar, debes aclarar las dudas con tu médico. Esta persona te ayudará a superar las dificultades y acondicionará un programa de ejercicios de acuerdo a las
capacidades de cada cual.
· Es importante tener constancia.
· Hay que pretender disfrutar del ejercicio físico como ocio, ya que mejora la calidad de vida. ¿Por qué no llevar algo de música en un MP3 y escucharla durante un rato? Mientras se camina se puede dialogar con otra persona que te acompañe sobre temas variados.
· Realizar ejercicio físico en grupo reducido puede ser muy divertido y motivador, evita el aislamiento social y fomenta las relaciones sociales.
· La recuperación después del ejercicio se logra con una buena hidratación y una ducha relajante que elimine el exceso de sudor de la piel. ¡Qué bien viene acompañarse de un botellín de agua mineral y echar breves tragos!
· Y después, ya en el hogar, disfrutar de una buena lectura o música relajante que ayudará a reposar y crear un entorno que favorezca el sueño reparador de la noche.
· ¿Nos ponemos a caminar?
En realidad, caminar media hora cada día sería suficiente. De hecho en algunos estudios ni siquiera se refleja que una actividad vigorosa aporte más beneficios que una actividad moderada. Lo importante es moverse. Adquirir este hábito ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, patologías crónicas como la diabetes e incluso algunos tipos de cáncer. El ejercicio físico reduce la morbilidad y la mortalidad de alguna de estas enfermedades, disminuye el riesgo de tener caídas y además contribuye positivamente a mantener una buena salud mental.
Son varias las advertencias científicas de lo negativo que es el sedentarismo. Un problema de salud que “merece la atención de los médicos, los científicos y las autoridades sanitarias”, según recoge alguno de de los informes elaborados por los propios expertos,
Concretando podemos dar estas pautas sencillas que todos las podemos llevar a cabo, en casa o fuera:
· Cuanto más te muevas, mejor te sentirás. Te notarás más activo y más ágil y, sobre todo, más independiente.
· Practicar un programa regular de ejercicios te ayudará a minimizar los efectos negativos de cualquier enfermedad cardiovascular o neurológica.
· Introduce la actividad física en tu rutina diaria.
· Márcate pequeñas metas: subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor, salir por las mañanas temprano o al atardecer a pasear con ropa deportiva, con calzado adecuado, un gorro para el sol o lluvia, un impermeable si amenaza lluvia, etc.
· Un poco cada día, ¡ya cuenta!
· Anima a algún familiar, vecino, amigos a acompañarte de vez en cuando –por ejemplo los domingos por las mañanas- llevar el coche hasta un lugar y, a continuación después de aparcar el auto, realizar un paseo en un sendero adecuado a las circunstancias de la edad y costumbres adquiridas.
· Mantenerte activo te ayuda a relajarte y a prolongar tu independencia.
· Adapta los ejercicios a tus necesidades.
· Si duda acerca de los ejercicios que te conviene realizar, debes aclarar las dudas con tu médico. Esta persona te ayudará a superar las dificultades y acondicionará un programa de ejercicios de acuerdo a las
capacidades de cada cual.
· Es importante tener constancia.
· Hay que pretender disfrutar del ejercicio físico como ocio, ya que mejora la calidad de vida. ¿Por qué no llevar algo de música en un MP3 y escucharla durante un rato? Mientras se camina se puede dialogar con otra persona que te acompañe sobre temas variados.
· Realizar ejercicio físico en grupo reducido puede ser muy divertido y motivador, evita el aislamiento social y fomenta las relaciones sociales.
· La recuperación después del ejercicio se logra con una buena hidratación y una ducha relajante que elimine el exceso de sudor de la piel. ¡Qué bien viene acompañarse de un botellín de agua mineral y echar breves tragos!
· Y después, ya en el hogar, disfrutar de una buena lectura o música relajante que ayudará a reposar y crear un entorno que favorezca el sueño reparador de la noche.
· ¿Nos ponemos a caminar?
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