lunes, 22 de junio de 2009

ANÉCDOTA DE UNA MÉDICA DE URGENCIAS Y LA MORCILLA SIN SANGRE

• Se llama Agustín – 73 años- y acude a urgencias para hacerse curar una herida en la mano. Tiene prisa, y mientras desinfecto la herida pregunto, “¿ qué es eso tan urgente que tiene que hacer? ” .

• Me comenta que tiene que ir a la Residencia de ancianos para desayunar con Isabel, su esposa que vive allí. Me cuenta que ella, lleva algún tiempo en ese lugar y que tiene un Alzheimer muy avanzado.

• Comienzo a vendar su mano y sigo con preguntas : “¿ se alarmaría Isabel en caso de que usted llegara tarde esta mañana?”.

• “ No – responde con gesto triste Agustín -, Isabel ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce”

• Entonces le expongo extrañada : “Y si ella ya no sabe quién es usted, ¿a qué viene la necesidad de estar con ella todas las mañanas?”.

• Agustín sonríe, me mira y dice : " SÍ ; Isabel no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".

Finalizada la cura , Agustín da las gracias, se despide y sin más pone rumbo a la Residencia. A medida que se aleja , una idea se abre paso atravesando mi ser : "Esa es la clase de amor que quisiera para mí”.



La crisis aguza el ingenio. Surge un nuevo producto : morcillas sin sangre
• Los testigos de Jehová aseguran que la sangre siempre ha estado prohibida divinamente para el consumo humano. Según su creencia el ser humano era vegetariano al principio. Y, hoy en día, la prohibición incluye incluso a las transfusiones de sangre.

• Pero la morcilla de Villada (provincia de Palencia, España) es un pecado al que cuesta resistirse, según explica el diario El Norte de Castilla.

• Una clienta preguntó en la charcutería La Nueva Bodega, ubicada en la avenida República Argentina, por morcillas sin sangre. Y, aunque la respuesta fue negativa, al dueño se puso en contacto con Morcillas Villada, uno de sus proveedores, para sondear tal posibilidad.

• Y Demetrio Ramos el de las morcillas se puso a trabajar ipso facto. «He hecho muestras, y parece que les han gustado»,. «Es igual que la morcilla normal, con cebolla, manteca de cerdo, especias y arroz, pero sin sangre. Lo único que varía es el color, que es como el del caramelo», abunda Demetrio, que incide en el nombre con el que su hijo pequeño ha bautizado a esta morcilla : morcilla «Ecuménica», palabra que, según la Real Academia de la Lengua, significa universal
• «Si les gusta, harán más pedidos; la idea es comercializar el producto fuera de Palencia, Contamos con distribuidores en muchos puntos de España y hay mucha gente que nos compra a través de Internet», apostilla Demetrio que está a la espera de los resultados para dar con el punto de picante de la innovadora morcilla : «Ojalá nos pidan muchos kilos y empecemos a funcionar, porque a la crisis hay que darle palos por todos los lados»,. Demetrio piensa que su hijo tiene mucha razón ;: si la crisis es ecuménica, ¿ porqué no va a serlo la morcilla?.

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