martes, 17 de febrero de 2009

EDUCAR A LAS PERSONAS (I)

Cuando una criatura nace todos no ponemos contentos, pensando qué podrá realizar esta persona en este planeta llamado Tierra. Los padres y familiares esperan que sea alguien que nos traiga algo importante y que deje una huella grande en la sociedad. Me venían estas ideas cuando cayó en mis manos un folleto que encerraba unos pensamientos como estos. “Educar a los hombres no es como llenar un vaso. Es como prender un fuego” es de Arsitófanes. Pero más adelante me encontraba con el de W. Somerset M. que decía: “Sólo una perronas mediocre está siempre en su mejor momento”. Y me hizo pensar que estamos muchas veces rodeados de gente mediocre. Porque mediocre es aquel que no lee un libro, el que se aburre escuchando música clásica, el que no visita un museo o sencillamente no se para a pensar cada día para qué estamos aquí, en el planeta llamado Tierra. No digamos nada del que se aburre… ¡habrá más mediocridad que una persona que se aburre porque no ve la tele o va al cine, un día y otro.

En el folleto leía este pensamiento anónimo que dice “Las inteligencias grandes discuten las ideas, las inteligentes medias los sucesos; y las pequeñas las personas” ¿En qué lugar se encuentra cada uno de nosotros? ¿Qué decir de los telediarios de nuestras cadenas o los informativos de las emisoras de radio?. Y para finalizar estas ideas va este pensamiento de Anita Raddick que dice “Si piensas que la educación resulta ardua, prueba a ver con la ignorancia”. Y el de John Le Carré que dice “Resulta peligroso observar el mundo únicamente desde un despacho”. Una pregunta nada más. ¿Cuántos libros hemos regalado el pasado año en el cumpleaños de un familiar o amigo?

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