¿Por qué vuelve a interesar la educación diferenciada? . La enseñanza diferenciada parecía una causa perdida ante el avance de la coeducación. Pero está extendiéndose poco a poco desde que en diversos ámbitos –incluido un sector del feminismo– surgió un renovado interés por los distintos estilos de aprender de chicos y chicas. Rosemary Salomone, profesora de St. John’s University, resume el debate de las últimas décadas en un reciente número de la Revista Española de Pedagogía dedicado a “El reto de la educación de mujeres y varones”1. Ofrecemos una síntesis de este trabajo, seguida de una reseña de los otros incluidos en la misma publicación.
“La pasada década, el tema de la enseñanza diferenciada por sexos se convirtió en objeto de un acalorado debate en Estados Unidos”. El asunto despierta pasión porque “la enseñanza diferenciada por sexos se enfrenta con el dogma de la educación mixta y rasga el velo de la neutralidad de género”.
A favor y en contra
Los partidarios de la enseñanza diferenciada aducen que con ella se promueve la igualdad educativa para las chicas, porque mejora su rendimiento académico en disciplinas en que ellas tienden a quedarse atrás (matemáticas, ciencia, tecnología) y favorece una mayor participación femenina en profesiones tradicionalmente copadas por el hombre. Algunos creen que la coeducación refuerza los estereotipos sexuales. Otros sostienen que la enseñanza mixta no tiene en cuenta en la medida necesaria los distintos estilos de aprender y las distintas necesidades emocionales de cada sexo, ni el distinto ritmo con que chicos y chicas desarrollan sus aptitudes.
En Estados Unidos interesa la educación diferenciada también para atacar problemas específicos de alumnos de minorías raciales. Se pretende así fomentar la autoestima de las chicas, que presentan elevadas tasas de embarazos precoces. En el caso de los chicos, en especial negros, se quiere ofrecerles un modelo distinto de masculinidad, para contrarrestar el influjo de las bandas callejeras y apartarlos de la delincuencia y de las drogas. En efecto, “a principios de los noventa, algunos distritos escolares –entre ellos Detroit y Nueva York– intentaron luchar contra estos problemas abriendo centros educativos masculinos, algunos de los cuales fueron dotados de un plan de estudios enfocado específicamente hacia los varones afroamericanos. (…) Más recientemente, ciudades como Nueva York y Chicago han abierto centros femeninos de enseñanza secundaria que buscan reducir la diferencia de resultados con los chicos en matemáticas, ciencias y tecnología”.
Por su parte, los contrarios a la educación diferenciada sostienen que sirve a “una política sexista más o menos suave que niega a los hombres y a las mujeres las aptitudes interpersonales que necesitan para relacionarse los unos con los otros”, y “no fomenta el entendimiento y el respeto mutuo que pone a las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres”. En el mejor de los casos, ven en la enseñanza diferenciada un parche político para disimular las más insidiosas desigualdades sexuales en la escuela. En el peor, creen que perpetúa el prejuicio de que las chicas necesitan un trato diferente porque no pueden rendir como los chicos...(Continua).- Rosemary Salomone.-
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año
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