miércoles, 29 de julio de 2009

JOVENES CREYENTES Y PRACTICANTES

Leo en la prensa de estos días que según un estudio realizado por un catedrático de la universidad complutense de Madrid, nuestros jóvenes pasan del todo de las creencias y se manifiestan como agnósticos y/o ateos. En un número excesivo –dice la nota que casi la mitad de los jóvenes entre los 15 y 24 años-.Pero no es todo así, como después se verá

Pienso que estos estudios están en cierto modo distorsionados. ¿Y por qué afirmo esta premisa? Sencillamente, porque cuando se hace una encuesta colectiva en un centro escolar o universitario los encuestados se decantan por lo que más mola, como suele decirse. Otra cosa diferente es lo que después se vive –día a día- en nuestra sociedad del siglo XXI.

Es cierto que en muchas ocasiones los jóvenes desean no complicarse la vida con el más allá, la existencia de Dios, los mandamientos y sacramentos porque esto les lleva a decantarse por una realidad, que en cierto punto los hará verse “raros” . Ya lo dijo Juan Pablo II –y se ha repetido muchas veces- que el sentido del pecado en el hombre actual ha desaparecido. Cualquier estudio de la condición humana nos llevará a establecer otra premisa importante: “Se vive mejor sin tener a Dios presente” Si, pero…hasta cierto punto.

Nuestra sociedad está siendo testigo de una serie de aberraciones del ser humano que ponen los cabellos muy estirados: violaciones en un periodo de quince días de dos chiquitas por grupos desalmados que .como buitres, atacan en grupo de seis o siete (Véase la prensa de hace unas semanas). Otras perlas semejantes pueden ser las de los padres de familia que asesinan a sus parejas y después se suicidan; la de los políticos de derecha, izquierda o centro que meten “las manos en la bolsa común” y se las ensucian con el dinero público que es de todos. ¿Y qué decir de los juran en falso, mienten, abandonan a sus padres o les quitan el capital ahorrado con un trabajo limpio? Todo esto son pecados que se estudian en derecho natural y en la ética o moral cristiana desde Moisés

Una cosa que no se puede olvidar es que ser creyente “complica” toda nuestra existencia Y esto lo saben muy bien nuestros jóvenes: ¿O es más complicado pasarse horas delante de la consola que estudiar unos libros que les servirá para acceder a un puesto de trabajo en la universidad, después de sufrir unas oposiciones?. No seamos ingenuos y caigamos en la falacia de que Dios es un ser molesto. ¡Ni mucho menos!. Juan Pablo II se traía a los jóvenes de calle y les hablaba y les exigía con una claridad grande. Cuando falleció este papa los jóvenes acudieron junto a sus restos mortales para rendirle homenaje, desde todos los lugares del mundo. Y por último, una pregunta a los que acudieron a estas sesiones de los jóvenes: ¿Cuántos de ellos han leído la Encíclica de Benedicto XVI sobre “El desarrollo humano integral en la caridad y verdad” escrita no hace más de un mes?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay muchos jóvenes creyentes que a veces por respetos humanos no dan la cara. Deberían ser más valientes y demostrar que ser cristiano y católico va con los tiempos de ahora.Aunque creer es algo que compromete mucho porque no se puede hacer lo que a nosotros nos venga en gana. Tomás Holguín (Puertollano)