ÁNGEL LASHERAS
Vicario del Opus Dei
Máximo responsable del Opus Dei en Galicia, afirma que de la coherencia con la fe cristiana nace también un ejercicio más responsable de la ciudadanía
Ramón Loureiro “La Voz de Galicia” Página 25 del 20/11/09
Al igual que el cardenal Herranz, Ángel Lasheras, el nuevo vicario del Opus Dei en Galicia, estudió Medicina antes de abrazar el sacerdocio. En su caso, en las Universidades de Santiago de Compostela y Sevilla. Pero tras unos años en los que también ejerció la docencia, marchó a Roma para estudiar, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Filosofía Eclesiástica, y doctorarse con una tesis que dirige su mirada a los ámbitos de la Metafísica. Tras regresar a España, Lasheras desempeñó, entre otras responsabilidades, la de vicario de la Prelatura para Castilla-León, Asturias y Cantabria. Ahora, de nuevo en Galicia, dice que, como sacerdote, ve Santiago con ojos nuevos. Mientras a través de su ventana, situada frente al convento de las Carmelitas, entra la luz del tímido sol de los inviernos de Compostela, dice que «el Camino sigue obrando milagros» y que quien contempla la catedral construida sobre la tumba del Apóstol tiene ante sí «la historia de la Iglesia».
-Usted se ordenó sacerdote en Roma en 1997, cuando contaba 42 años de edad...
-Sí, en 1997. Pero desde que tenía 18 años de edad y estudiaba el primer curso de Medicina ya pertenecía a la Obra. Por aquel entonces, siendo tan joven, estaba convencido de que mi vida estaría encaminada a la Medicina, pero después uno va madurando, tanto en lo espiritual como en lo personal, y llega un momento en el que se da cuenta de que está dispuesto a ordenarse sacerdote si el Señor lo quiere. Así que cuando desde la prelatura me ofrecieron la posibilidad de marchar a Roma y allí formarme para ello, acepté inmediatamente.
-¿Cómo se vive el sacerdocio desde esa madurez?
-Ser sacerdote es algo maravilloso, que cambia completamente tu vida. Percibir la gracia de Dios, vivir para apoyar a las personas que tenemos a nuestro alrededor y hacerlo con la mirada puesta en Jesucristo, es algo que te permite ver la existencia de una forma muy diferente. Al hacer de este año, del 2009, el Año Sacerdotal, el Papa nos ha pedido a todos los sacerdotes que seamos verdaderos santos; y creo que lo que tenemos que intentar cada día es precisamente eso.
-¿Qué espera del próximo año santo jacobeo?
-Ahora, y eso es algo que quiero agradecer al arzobispo [Julián Barrio] y al cabildo, estoy yendo a confesar a la catedral, y eso me permite ver cómo la gente viene a Santiago a reconciliarse con el Señor. La catedral de Santiago es un sitio diferente de cualquier otro. Y el Camino de Santiago ha marcado a la ciudad porque en verdad es un camino de conversión. Por eso, lo que espero del próximo año santo es que gracias a él sean cada vez más las personas que sientan la llamada de la reconciliación.
-¿Con cuántos miembros cuenta hoy el Opus Dei en Galicia?
-Con más de 2.100, entre agregados, numerarios y supernumerarios, que son la mayoría y casi todos casados. Mujeres y hombres. Pero a esa cifra hay que sumar la de todas las personas que colaboran con la Obra de alguna manera, y que son incontables.
-¿Y esa cifra tiende a crecer, o por el contrario decrece?
-Vamos a más, sin duda. En Galicia estamos creciendo. El prelado del Opus Dei, cuando estuvo aquí unas horas este verano, nos dijo que por lo mucho que nuestro fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, que estuvo en La Estila y en la catedral, había rezado por la labor apostólica en sus repetidas estancias en estas tierras, teníamos que llegar a todos los rincones de Galicia, y eso es lo que yo quiero.
-¿Cuántos sacerdotes tienen en Galicia?
-En Galicia contamos con 41 sacerdotes incardinados en la prelatura, que tienen como principal misión la labor de formación y apostólica que es propia de la Obra, aunque después también puedan colaborar con las parroquias o en cualquier misión que precisen las diócesis. Pero después está, además, la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, formada por sacerdotes diocesanos que quieren vivir su identidad sacerdotal a través de la espiritualidad del Opus Dei, y que ahora son unos 150, más o menos.
-¿Cuáles son hoy sus principales objetivos en el ámbito de la Educación?
-La Obra tiene encomendada la formación cristiana en centros como Peñarredonda y Montespiño, en A Coruña, y Las Acacias, Montecastelo y Aloya, en Vigo. Lo que queremos es enseñar a los alumnos a vivir cristianamente, porque creemos que vivir de manera coherente con la fe cristiana permite ser buenos ciudadanos y también coherentes en la vida. Y tratamos de programar, además, desde los centros, actividades que no lleguen solo a los alumnos, sino también a sus familias. Que las familias enteras puedan beneficiarse de ellas.
-¿Echa usted de menos su vida de otro tiempo?
-No, no la echo de menos. Todos tenemos nuestra biografía, claro, pero la formación que recibimos nos ayuda a saber vivir en el presente, sin añoranzas. Mi horizonte no es el pasado, sino el futuro. Y cuando la sociedad se está alejando de Dios, creo que mi misión es trabajar para que las personas puedan conocerlo. Para que la gente se acerque a Dios de nuevo.
Diario de Molinoviejo (V)
Hace 1 año